SEX-AT-TRON


by Mr Leo Petruzza Fariña

Es la primera vez que leyendo en inglés un libro de divulgación científica (o algo así, ponele), logro distanciarme y elaborar una crítica concreta yo solo. Soy de los que me convenzo pronto, y cuando leo una crítica a la postura original, me vuelvo crítico. Pero esta vez no fue necesario leer nada más, aunque por lo que se anduvo diciendo por acá, voy a ir por Sex at Dusk para ver si estoy o no bien rumbeao. A los bifes, entonces.

Yo entiendo que hay que evitar las PEPAs (brillante LL ahí…). Pero si Sex at Dawn (SAD) pretende representar un ataque a la psicología evolucionista (PE), se queda muy a mitad de camino. Su retórica me suena a libro de ventas de ideas donde la técnica que más se explota es la de caricaturizar al enemigo (aquí la PE), de ser posible sacarlo de contexto y, si éste tuviera alguna credibilidad, decir que en realidad uno está hablando para las versiones “extremas” de la teoría. Las réplicas no son mejores que eso. Abundan las frases a la Wilberforce (el obispo que discutió famosamente con el bulldog de Darwin, Thomas Huxley) del tipo “¿si venimos de los monos, por qué no comemos bananas todo el tiempo? Peor aún. Muchas veces ni siquiera se replica con una pregunta, sino con frases del estilo: “nos dicen que las mujeres venden caro su cuerpo y bla bla bla. En una palabra, según esta teoría son todas prostitutas”, o si no “según PE la estrategia evolutiva de los hombres es engañar a su esposa embarazada sin dejar de ser violentamente celosos. Encantador”.

Y como dijo Lucas, es muy raro que tipos de este nivel interpreten la evolución de manera literal diciendo que no es cierto que la gente piensa en el sexo para tener hijos. No es necesario razonar evolutivamente, basta con tener comportamientos compatibles con la reproducción. Otra vez, huele demasiado a técnica retórica. Lo mismo pasa con las burdas caracterizaciones de las teorías de Dawkins o Ridley, largamente explicadas y aclaradas por los científicos.

A medida que avanzo hacia la tesis principal de SAD, resuena en mi cabeza una y otra vez la palabra AJENO. No hay duda de que somos bestias hambrientas de sexo, evolutivamente lo más esperable. Pero tan cierto como eso es que ese hambre, a diferencia de las ganas de morfar en mac donalds, es (i) privado y (ii) diferente entre hombres y mujeres. Remedando aquella maquinola de Woody Allen, nuestro SEXATTRON está guardado en un placard, y los géneros no lo usan en las mismas circunstancias.

El deseo está, pero la culpa y el remordimiento cuando hacemos los que nuestros instintos nos dictan también. El sexo tiende a ser privado en parte por eso, y esa culpa es también miedo, porque el sexo grupal trae kilombo. El otro día pensaba las condiciones para participar vos y tu pareja de una orgía y pasarla bien, sin celos, sin sentirte disminuido respecto de otros, y sin arrepentimientos posteriores. Piensenló. No hay chance. La cantidad de requisitos, acuerdos entre participantes y salvedades son infinitas. Por eso solo hacían orgías los emperadores enfermos de poder, sangre y sexo. Solo mediante la compulsión (más el alcohol o las drogas) podríamos vivir bajo el imperio de las bacanales. O sea, no siendo nosotros.

¿No es diferente el sexo para hombres y mujeres? Los autores mencionan con desdén un estudio donde los hombres se muestran muy solícitos para el dunga dunga inmediato y las mujeres no. Los números son contundentes: 75% versus 0%. Para SAD es “el único estudio en que se basa esta hipótesis”. Más allá de que hay varios estudios más y que este comportamiento no nos resulta nada inverosímil, ¿realmente creen los autores que no somos bonobos por razones culturales? Me queda la siguiente duda: si los autores defienden la implausible idea de la felicidad cavernícola pese a la evidencia en contra, ¿cuánta confianza debemos tener en sus contraejemplos de culturas de humanos SEXATTRONES? ¿Realmente en estos lugares las mujeres se entregan a puertas abiertas en esta suerte de touch and go moriacasanesco? Si el ejemplo es Mosuo (40.000 habitantes), unos siete minutos de investigación por internet bastan para revelar que hay dudas serias sobre la promiscuidad femenina allí (y también sobre otros mitos, como que no saben lo que es asesinar o violar, o que son un matriarcado puro). Ojo Lucas, no desperdicies la guita del pasaje (comentario poco político: viste las fotos?).

Si estas son las justificaciones y pruebas de SAD, me voy quedando con PE, che. Luego de escribir esto, leí un par de reviews negativos. Uno es este, y el otro, mucho más violento, es este, que en los comentarios incluye dudas sobre las credenciales de Ryan.

Comments

  1. Qué buen comentario. Opino muy parecido, pero no puedo escribirlo así. Una pena.
    Y muy buenos los links.

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  2. Cuatro partes que me gustaron MUCHO:
    En una palabra, según esta teoría son todas prostitutas”, o si no “según PE la estrategia evolutiva de los hombres es engañar a su esposa embarazada sin dejar de ser violentamente celosos. Encantador”.
    "basta con tener comportamientos compatibles con la reproducción."
    "Pero tan cierto como eso es que ese hambre, a diferencia de las ganas de morfar en mac donalds, es (i) privado y (ii) diferente entre hombres y mujeres."
    (por las orgías)"La cantidad de requisitos, acuerdos entre participantes y salvedades son infinitas".
    Muy bueno!

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  3. ​Muy buen review!
    Impecable y aunque no pude terminar el libro algunos puntos que mencionas llegué a verlos y los comparto en su totalidad.
    Tu comentario final de Mosuo merece ponerse de pie y aplaudir(también vi las fotos y me acordé de LL...), ademas por estos tiempos que corren es casi un divague lo de la estadística 75% versus 0%... y lo de la felicidad otro tanto...
    Veremos con que nos sorprende África.​

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  4. Hoy pensé en Ryan. En cómo se hubiera retorcido en convulsiones anti-amor si hubiera asistido a esta pequeña escena que muestra que mi hija, a sus tiernos 3 años, ya esta contaminada por toda esta cultura del amor romántico. Iba a caballo con ella y en otro corral había un brioso padrillo. De alguna manera captó que la nuestra era una yegua, y que el padrillo se estaba mostrando. Entonces dijo:"A ver si enamoran?".

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  5. Lo malo es q en algun momento de nuestras vidas, dejamos de ser adorables como tu hijita... y los casos más penosos convergen a Ryan...

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